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Mi Relación con las Artes Escénicas
13 ago 2021
SUSPIRO NOCTURNO
10 ago 2021
POLVO DE ESTRELLAS
Esta
historia se sitúa en una casa pequeña, donde la distancia de una pared a otra
es corta, tan mínima como esas viviendas de techos rojos que aparecen en las postales,
hace calor, sale humo del horno acompañado de un aroma a harina cocida con
aceite, azúcar y esencia de canela. El ambiente es cálido y melancólico a la
vez, la puerta del cuarto mantiene un balanceo constante por la brisa del
lugar. Marisela es una mujer que ama la gastronomía, especialmente los dulces,
le gusta hornear polvorosas para vender en la cuidad de Caracas.
Antes
de salir realiza un casting con sus galletas, separa las que están pasadas de
horno y las guarda para comer en el camino, mientras que las elegidas son
colocadas en una bandeja dorada que le regalo su prima hace un año, dice que
les da el brillo y protagonismo que merecen. Acostumbra a moldear todo tipo de
figuras, menos de animales porque se le queman las colas. Esta mañana optó por
recrear una galaxia, sus polvorosas eran una mezcla de colores y formas de
estrellas, lunas y uno que otro planeta con detalles lo bastante encantadores
para el interés del caraqueño.
La
jornada comienza cuando el sol anuncia su llegada a la puerta, una hora
bastante temprana para sacar a pasear a sus niñas. En una pequeña conversación
que tuvo con su vecino Luis, se le escapó esto: “hoy recorro la capital entera”. El hombre al escuchar semejantes
palabras se asombra, y no le queda alternativa que desearle suerte y mucha
fuerza para sus piernas.
Justo
cuando el reloj marca las 7:45am, las polvorosas observan el techo gris y unos
cuantos destellos provenientes de los teléfonos de los pasajeros en el metro.
Sienten los tropiezos excesivos, los comentarios groseros, mientras que Marisela
por su lado no para de conversar sobre la vida y los fenómenos socio/económicos
que son tendencia en la cuidad. En ese ir y venir a modo de tambaleo, dos de
las galletas le sonríen a un niño, el pequeño se ve interesado pero inseguro a
la vez, así que comenzaron a susurrarle cosas, frases de película con tono
caricaturesco acompañadas de sonrisas, fue suficiente para que le insistiera de
forma impaciente a su mamá, tomara dinero de la cartera y las comprara. Las
demás notaron su estrategias y están alertas a próximos clientes.
Marisela
decidió abandonar el recorrido en metro en la estación La Hoyada y comenzó a
caminar. Al llegar a Bellas Artes, el reloj de uno de los artesanos marcaba las
10:45 am. Justo al final del boulevard se encuentra a una vieja amiga de la
secundaria, ambas decidieron sentarse en el café más cercano para charlar. Mal
lugar para unas polvorosas caseras. En dicho local se llevaba a cabo una feria
de degustación de panes, los productos que estaban en el mostrador eran de alta
calidad.
Minutos
más tarde se desató un conflicto encabezado por las catalinas y los golfeados,
ellos estaban dispuestos a deshacerse de las turistas de la mesa 08, sitio
donde se encontraba Marisela con sus polvorosas. Los comensales estaban
aterrados por las terribles cosas que vieron durante esas dos horas en el Café
Malawi, hubo restos de migajas de pan y trozos de queso manchado con papelón. Marisela
perdió a unas cuantas niñas, sólo 10 sobrevivieron en la bandeja.
Llegada
la tarde, se encontraba en los alrededores de la estación La California, y
justo en el semáforo, un joven de 19 años se le acerca y la amenaza,
inmediatamente la mujer cae en cuenta de que está en presencia de un
delincuente. Marisela le ofrece todo su dinero, pero curiosamente este chico no
se le acercó por el efectivo, sino por sus polvorosas. El cuerpo del joven
estaba en un estado de ansiedad, se sentía perdido, además comenta que apenas distinguió
el olor de las galletas sus ojos se comenzaron a cegar, sólo podía percibir el aroma que proviene de la bandeja dorada. Marisela se preocupa, y al echar
un pequeño vistazo a una de sus lunas, notó que de ella brotaba un polvillo, era
similar a brillantina. Entonces con suma cautela tomó la polvorosa y se la
entregó, e inmediatamente los sentidos de este joven volvieron a la normalidad.
De regreso al metro no dejaba de pensar en los acontecimientos, sobretodo el
último, sintió que a partir de ahora no podía bajar la guardia ante los
clientes y personas de la calle.
En
su caminar por la transferencia de Plaza Venezuela a la línea 3, el tiempo no paraba
de correr, y el metro se demoraba por falta de energía. Su paciencia era
admirable, al igual que su ímpetu por darles un hogar a sus niñas.
La
siguiente parada es un lugar rodeado de autobuses, personas apresuradas que
arrastraban maletas y bolsos de mano, es un terminal muy conocido en Caracas.
En el momento en que se encuentra en la entrada pensando en el largo trecho que
debía recorrer, a sus espaldas, a unos cuantos kilómetros, la previsora marcaba
las 6:00pm, era un poco tarde para estar en La Bandera.
Recorrió
toda la zona pero no tuvo éxito, sintió que perdió el tiempo, sin embargo, justo
antes de rendirse y marcharse, sacó un pequeño radio de pila, al accionar el
botón se comenzó a escuchar una pista suave, similar a las tonadas del maestro
Simón Díaz. Los mercaderes, comerciantes y viajantes del lugar se embelesaron y
disfrutaban de su sonido. Hubo un cliente que se aproximó con aire de
amabilidad y le hizo un comentario a Marisela que la confundió un poco, él le
dijo: “cantan hermoso”. Ella no sabía
a qué se refería el gentil hombre, entonces notó que las personas que se
acercaban no dejaban de ver las polvorosas y sonreír en el acto. Era extraño,
pero al mismo tiempo satisfactorio.
Esperó
que el sol se ocultara tras las montañas para regresar a su casa en Catia. Marisela
tuvo un día bastante particular, lo bueno de todo es que logró vender las
polvorosas, además de recoger historias y vivencias que son guardadas bajo
llave en su mente.
Ella
no tiene hijos, y dicen los vecinos que la escuchan conversando con personas en
su casa. Al parecer cuenta historias de la vida cotidiana. Uno que otro la ha
visto hablándole al horno, pero en realidad ella le habla a sus galletas, y
estas le responden con un brillo semejante al de la luna llena, y hermosos cantos
que son escuchados por los vecinos a la media noche.
Jean B. Julio del 2021
14 dic 2020
Mi Último Invierno
25 sept 2020
Paredes
22 sept 2020
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18 sept 2020
Mirada a la corriente
Me encontraba asomado en tu ventana,
cuando decidí aferrarme al goteo excesivo de la lluvia
que caía en consonancia con los sueños,
sueños que se apagan de forma repentina y absurda,
sin explicación alguna,
pero en fin, son sólo sueños.
Yo vendé los ojos de mis angustias,
y dejé que aquella nostálgica e incomprensible
melodía me acariciara cuantas veces fuera necesario,
me arropaba con su aura divina mientras le suplicaba
con tal angustia desaparecer mi mente,
depurarla de los malos momentos,
los deseos reprimidos y esas
situaciones que no podían visitar tu corazón,
que debían permanecer ocultas,
inéditas ante la sociedad,
es por ello que las convertí en sueños,
y dejé que se alejaran cual navegante
que sucumbe a la marea.
De esa manera fue que pude volver a verte,
llenarte de besos,
abrazarte sin que el peso de la culpa
me cortara las manos y asesinara
mi corazón a causa de una traición efímera,
que seguirá mis pasos como hoja
entre la corriente del río.
Jean Brito. For G. Agosto,2020
12 sept 2020
Estética
7 sept 2020
Cuestión de Suerte
31 ago 2020
Letra guardada, memorias alzadas
Después de un tiempo de olvidarte,
olvido falso y actuado.
En mis noches de cobardía,
vuelvo a leer tu poesía
Esa que desde un inicio,
cautivó mi hombría.
Hombría que quedó como residuo:
un residuo de un corazón
lleno de melancolía.
Tu sonrisa, regalo del edén.
Y sólo por eso, nunca ya la veré.
Y aunque contenga el temblor
de mi voz al susurrar tu nombre,
en mis noches de cobardía,
pregunto si algún día te tendré.
Sí, en mis noches de cobardía,
sólo en esas,
me siento en el sillón,
fingiendo bien que te olvidé,
mientras mi corazón entra en desespero,
desespero por la memoria de un muerto.
Porque en mis manos,
con tu foto arrugada siempre,
me desvelo.
Pero sólo en esas noches,
en las que el recuerdo de tu sonrisa ladrona
se lleva de nuevo mi suspirar.
De resto, sólo eres un poema arrugado,
con la foto de la aurora.
Un poema, que no tiene ya nada que robar.
Y una foto, del rostro
que nunca me permitiré olvidar.
Axel Gutiérrez. For Kei. Junio, 2020.
26 ago 2020
Todavía te espero
Un vistazo al imaginario
Mi Relación con las Artes Escénicas
En esta ocasión me gustaría manifestar una idea que viene paseándose por mi mente desde hace unos días, y es que se trata del momento en qu...